Los problemas a que nos enfrentamos a diario pueden sacar lo peor de nosotros; nadie es perfecto y todos, en mayor o menor medida, estamos a merced de los acontecimientos de nuestras vidas.
Y no siempre es fácil saber si nuestra inestabilidad emocional se debe a algo más que al estrés del día a día.
Los problemas mentales están a la orden del día, tanto en España como en otros países de occidente. Según la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, se calcula que entre el 2´5 y el 3% de la población española (alrededor de un millón de personas) tiene un problema de salud mental grave; y cerca de 9 millones (un 15%) presentan en algún momento de su vida un problema de salud mental como la ansiedad o la depresión.
Este tipo de trastornos tiene, en general, secuelas en nuestras relaciones, en el trabajo y en la salud física. Y suelen ser problemas difíciles de solucionar: depresión, ansiedad, comportamiento o trastornos de personalidad, trastornos obsesivo-compulsivos, de alimentación, adicciones…
Y cuanto antes detectemos los síntomas, mejor, antes de que la cosa vaya a peor. A continuación mostramos 10 signos vitales que nos avisan de la necesidad de buscar ayuda externa, proporcionados por la National Alliance for Mental Illness (Reino Unido).
1. El sueño está fuera de control
La disfunción del sueño es reveladora de que puede haber algún factor que la cause.Problemas para conciliar el sueño y dormir de un tirón, o bien si dormimos significativamente más de lo habitual, son signos de que la salud mental puede requerir algo de atención. El sueño es una de las funciones básicas –y necesarias– del cuerpo. Tiene lógica por tanto pensar que es un indicador del estado de salud mental y físico.
Ocasionalmente nos sucede a todos, no descansar adecuadamente. Pero si necesita pastillas (¡o alcohol!) para dormir o si tiene problemas para levantarse por la mañana y la situación se prolonga más de una semana, el cuerpo nos está diciendo algo.
2. Pérdida de interés en cosas que disfrutábamos
No disfrutar de las actividades favoritas de ocio puede ser señal de estar cayendo en un estado depresivo o de que la ansiedad gana terreno. Lo mismo sucede si empieza a no interesarnos la gente y tendemos a aislarnos.
3. Beber demasiado
Beber más de lo habitual (o… consumir “otras” sustancias) para evadirse son también signos clave de que algo en nuestro interior necesita cuidados. Lo peor de todo es confiar en esas estrategias en lugar de coger el toro por los cuernos con el problema que puede estar causando todo.
4. Todo nos irrita
Estar obsesivamente centrado en lo malo de quienes nos rodea, emprendiéndola con nuestra pareja, amigos, familiares o compañeros de trabajo, o decidir que la gente es horrible… Todo ello requiere buscar una explicación: hay una razón para que esté sucediendo.
La irritabilidad, agresividad o los cambios de humor pueden tener varias causas: ser consecuencia de abuso de alcohol (u otras drogas), de la falta de sueño o estar provocadas por bajadas de azúcar en sangre. Pero si ha comido y dormido bien y no está intoxicado (o excesivamente “cafeinado”) y su entorno le sigue enojando, podrían ser síntomas de algún trastorno de conducta o de la personalidad.Las reacciones desmesuradas a problemas menores, junto a volubilidad en las relaciones amistosas o amorosas, por ejemplo, son un sello distintivo de un trastorno de la personalidad; y los cambios profundos en la excitabilidad, niveles de energía y agresividad hacia el prójimo pueden ser indicativas de un trastorno bipolar.
5. Nos abruma el sentimiento de culpabilidad
¿Todavía siente rencor por un comentario desagradable sobre usted hecho hace meses? ¿Preocupado por ser el origen de cualquier tristeza o frustración ajena? ¿Convencido de ser un fracasado? Rumiar demasiado las cosas o preocuparse constantemente con todo lo que hace mal en la vida… Los pensamientos de esta índole requieren encarar algo más serio.
6. Bajo nivel de energía
La sensación de agotamiento, fatiga o la incapacidad de pensar o actuar como antes van asociados a problemas de comportamiento como depresión, trastorno de ansiedad generalizada y agotamiento emocional.
7. Imposibilidad de concentrarse
¿Se le olvidan las cosas, últimamente? ¿No es capaz de centrarse en una conversación o en una reunión de trabajo? ¿Encontrarse desplazado? Todo ello son indicadores de que la salud mental no está en su mejor momento.
8. Pérdida de apetito
Un signo claro de depresión es la falta de apetito. Va ligada a la pérdida de capacidad de disfrutar placeres como comer. No resulta sorprendente ver a las perdonas deprimidas perder peso significativamente. De aquí el que ver a alguien con la ropa muy holgada pueda ser un síntoma de problemas emocionales.Demasiada agitación psicológica puede, por el contrario, desencadenar desórdenes alimentarios y caer en conductas compulsivas de todo tipo: atracones, purgas, exceso de ejercicio u obsesionarse con el consumo. Las desviaciones extremas, fundamentalmente relacionadas con la comida, son síntomas igualmente de que algo no va bien.
9. No poder quedarse sentado
Emprender todo tipo de actividades, ocupar cada minuto del tiempo libre con cualquier tarea, ansiedad por mantenerse en constante actividad… En realidad podemos estar evitando hacer algo mucho más emocionalmente apremiante.
10. Plantearse la pregunta ¿y para qué?
Preguntarse si la vida vale realmente la pena, no tener propósitos en este mundo o sentir que sus relaciones e intereses no significan nada… Son signos infalibles de que algo está muy mal.En realidad, debería buscarse ayuda antes de llegar a este punto.
Qué hacer si le sucede todo eso
1. No asustarse
No se debe pensar nada parecido a “todo está perdido”. Su médico de familia puede ayudarle en este terreno y si no se considera capaz o entiende que escapa a su competencia, le derivará a un profesional de la salud mental. De manera que la consulta a su médico de familia debe ser el primer paso. Y, si efectivamente se encuentra o se sospecha un problema mental, de nuevo nada de pánico. Existen muchos tratamientos de ayuda, todos más que experimentados y avalados por estudios muy serios.
2. Confiar en que nadie de las personas cercanas y que nos quieren, nos juzgarán
Es muy importante para la salud mental fortalecer los lazos sociales. Cuanto más sólidos sean, más preparados estaremos para superar las dificultades. Además, acumularemos experiencias positivas con otras personas y nos harán esforzarnos en dar a la vida todo su significado.Hay que considerar también la posibilidad de apuntarse a un grupo de ayuda. No hay nada de qué avergonzarse si buscamos ayuda para superar los problemas. Y dado que los problemas mentales serios no se van a resolver de la noche a la mañana, cuanto antes les hagamos frente buscando ayuda antes podremos salir del túnel y recuperar el control de nuestra propia vida. (La consulta con un profesional indicará qué especialista es el más adecuado para cada caso.)
3. Evitar malos hábitos
Hay que asegurarse de no tener hábitos perjudiciales, globalmente: fumar, demasiado azúcar, cafeína, alcohol y otras sustancias, no dormir adecuadamente, no hacer algo de ejercicio, demasiada comida basura y poca fruta y verdura… Todo ello es perjudicial para su forma física y, por tanto, mental. Recuerde: mens sana in corpore sano.