Sorprenderse puede ser una palabra muy amplia y con muchos significados; algunos buenos y otros malos.
Si no nos sorprendemos en la vida, no encontramos el verdadero significado de las emociones, esas que te paralizan, esas que te dejan sin aire, esas que te hacen preguntarte si lo que estás haciendo hoy en día te acerca a donde quieres llegar realmente.
En estos meses no he dejado de sorprenderme y no precisamente de la mejor manera, a decir verdad, me he sorprendido de la peor forma.
Me traicionaron grandemente, esa es una sorpresa que te paraliza y que te deja sin aire, que te destroza en mil pedazos y que te hace pensar que nunca volverás a confiar, que lo que tuviste no valió nada.
¿Pero qué pasó? ¿Por qué mi ex pareja hizo lo que hizo? ¿Estábamos bien y por eso me sorprende más aún? La respuesta es no.
He pasado por unos meses muy duros pero de mucho autoconocimiento, he aprendido a conocer partes de mi que no sabía existían; emociones, pensamientos, capacidades, pero sobre todo, he madurado y he crecido como persona aunque aún considere que me falta mucho por recorrer. Este suceso me hizo dar cuenta que no sólo estaba triste por la traición sino que llevaba años con una depresión escurridiza y silenciosa de la cual hablaré en otro momento.
Hoy te agradezco, te agradezco porque tu traición hizo que despertara y me diera cuenta del hoyo en el que me encontraba, hoy te agradezco porque me quiero más a mi misma, hoy te agradezco porque me he perdonado de cosas negativas que cometí con algunas personas y he pedido perdón por ello, hoy te agradezco por los grandes momentos que me hiciste pasar y por los malos también, porque esos fueron lo que hicieron que nos diéramos cuenta que querer no era suficiente. Hoy te agradezco por haber estado conmigo durante 3 años, de no haberme dejado nunca, de haberme apoyado en las buenas y en las malas a pesar de lo que tenías en tu consciencia que, conociéndote, no te dejaba tranquilo. Hoy te agradezco por ser la persona que fuiste conmigo y por enseñarme que más vale tarde que nunca. Hoy te agradezco por la paciencia que tuviste cuando yo nisiquiera la tenía conmigo misma. Hoy, te pido perdón, no por haberte “llevado” a traicionarme porque esa es decisión de cada uno de nosotros como seres humanos, la de traicionar o cortar por lo sano, pero nadie es perfecto y nuestra inmadurez nos lleva muchas veces a cometer los peores errores de nuestra vida, pero te pido perdón por las cosas que no te pude dar, por las cosas que no fueron correspondidas, por las palabras, por mi trato en muchas ocasiones que no eran más que la manifestación de la frustración conmigo misma que se exteriorizaba con la persona más importante que tenía en ese momento, contigo.
Por eso, nunca dejen de sorprenderse, por más fuerte que sean las sorpresas, estas pueden llevarte a las mejores experiencias en tu vida (si logras aprender de ellas).
Quiérete y el resto del mundo te querrá.
Respétate y el resto del mundo te respetará.
Confía en ti y el resto del mundo lo hará.
Trata a los demás como si fueran tu sangre y el mismo trato será recibido.
Ama y entrégate al 100% y la vida te sorprenderá…